Balance feminista: 2011

Hace un año que no escribía en este blog y no precisamente porque mi interés por la situación de la mujer haya disminuido, todo lo contrario.

En el último año, en diversas oportunidades, se me ha hecho un nudo en la garganta por la indignación: he gritado, he intentado contener el llanto y he fantaseado, a veces, con recurrir a la violencia.

El 2011 fue un año intenso: muchas mujeres han sido asesinadas, por el sólo hecho de ser mujeres; el proyecto de ley de aborto legal, seguro y gratuito fue tratado por primera vez en el Congreso, logrando dictamen favorable en una de las comisiones (a pesar de no contar con el apoyo del oficialismo), pero el debate quedó para el 2012; muchas niñas fallecieron por abortos ilegales realizados en condiciones insalubres; Cristina Fernández se convirtió en la primera mujer en conseguir la reelección en el mundo (pero se tienen dudas de si vetaría o no la ley de aborto legal en caso de ser sancionada); sólo tres carteras ministeriales son ocupadas por mujeres, y la gran mayoría de los cargos nacionales son ocupados por hombres; el Premio Nobel de la Paz – ese que hace un tiempo le dieran a Barack Obama (?) - este año fue para tres mujeres (aunque todos los demás fueron excluyentemente masculinos); Dilma Rousseff, el 1° de enero, asumió la presidencia de la República Federativa del Brasil, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo; la Iglesia y muchos de sus seguidores no dudaron en tratarnos de asesinas por estar a favor del proyecto de aborto, entre otras cosas que en este momento escapan a mi memoria.

Todo esto ha contribuido a que mi posición se haya endurecido, que mi paciencia esté mermada y que mi tolerancia hacia determinadas situaciones, comentarios, chistes, haya desaparecido.

Feliz año nuevo, Mujeres. 
Qué el 2012 nos encuentre más unidas, conscientes y preparadas para la lucha diaria, hablando en primera persona del plural.